Llegó mi jefe. Aquel que gustaba de castigar el buen trabajo. No debo estar haciendolo muy mal porque me ha dejado a media jornada y un sueldo de mierda. Ya sé que es su forma de compensarme por tres años de duro trabajo, debería tomarmelo como una motivación más para seguir, el tiempo que sea necesario, dejandome la salud y los huevos por algo que no merece la pena, pero no entiendo por qué tengo un dolor de pelotas tan intenso que no puedo evitar pensar que estoy haciendo el primo. Se supone que debería estar agradecido por poder desempeñar el mismo volumen de trabajo en la mitad de tiempo y por la mitad de dinero. Mejor eso que la cola del INEM. Seguro que cuando la crisis pase y les haya funcionado la fórmula, aunque sea a duras penas, van a perder el culo por devolvernos a nuestra situación laboral anterior, que por cierto, tampoco era para tirar cohetes. De ahí, evidentemente, lo del pluriempleo.
Resumo:
Tenía un trabajo que me gustaba, con 'peros' y mal pagado, pero me gustaba.
Me voy a quedar con una mierda como un puto castillo de grande pero...
GRACIAS!!!
Era así no?
Saludos...
1 comentario:
Ánimo y suerte
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