lunes, 3 de noviembre de 2008

No hay que ser egoístas...

Nos pasamos los más tempranos años de nuestra vida escuchando a nuestros padres que no hay que ser egoístas y que debemos compartir. Cuando te compraban una bolsa de 'gusanitos' y te encontrabas con algún chaval lo primero que te decían era: "Dale unos poquitos de gusanitos a Perico que hay que compartir". Al menos a mi me enseñaron que debía ser así. Aprendí la lección y soy generoso por ello pero, de repente, toda mi educación se está quedando en entredicho. Resulta que ahora que actúo como mis padres me enseñaron, me encuentro con cosas que me plantean un dilema moral. Os cuento.

Resulta que, en mi afán de compartir, me he chocado con unos señores que se hacen llamar SGAE. Me dicen que lo que mis padres me enseñaron a tan temprana edad es mentira y que si comparto canciones y películas con mis amigos de internet me van a meter un puro por el orto del tamaño de la torre de Pisa.
Encuentro gracias a 'Menéame' otra noticia en la que dicen que un operador de telecomunicaciones británico desconectará internet a aquellos clientes que dejen la red WIFI abierta ya sea por voluntad propia o no. Ahora pregunto yo una cosita. Un señor va a un bar y pide un litro de cerveza. Aplicando el mismo criterio el dueño del bar podría quitarle el litro a medias si ve que este señor lo comparte con algún amigo. Imaginen sino que Pedro compra un coche. Su amigo Pablo lo necesita y se lo pide prestado. Pedro, que de pequeño aprendió de sus padres la misma lección que los míos me inculcaron a mí, le presta su coche nuevo a Pablo. Los señores del concesionario se enteran y van a quitarle el coche. Apliquen este mismo ejemplo a un abrigo que el novio de presta a la novia en días de frío o al que pierde el móvil y pide uno prestado. O que mi jefe me quite mi nómina por prestarle dinero a mi primo que está acusando mucho la crisis.

Está claro que esto se puede solucionar. Dejemos de compartir señores. No enviemos alimentos al tercer mundo que seguro que si se enteran vienen a vaciarnos la despensa. No prestemos dinero al amigo o hermano que lo necesite. Pensemos sólo en nosotros y en conservar lo que es nuestro, si lo compartimos podemos acabar en la cárcel como esto siga así.

Saludos...

No hay comentarios: